Si el amor siempre te es negado, si tu actitud es casi tan inadecuada como tu apariencia, si tú tampoco sabes enamorar, Ruculista, no desesperes, este programa es para ti. Con la asistencia tecnológico-romántica de la poeta española Silvia Veloso, descubrimos en este capítulo cómo dotar de sentimientos a las máquinas, tal como dicta su brillante libro, “Sistema en caos y máquina, la educación sentimental de la inteligencia artificial”. Hablamos de cómo es casarse con un holograma o de cómo apagar con un botón la angustia que el amor natural produce en nuestra humana ansiedad por lo inalcanzable. En Poesíasinvergüenza, Zurco Salcín, nos manda un poema crítico, críptico y caóticamente bello que nos hace pensar en si el amor por las máquinas será el único futuro que le deviene a l@s poetas. En la bitácora ruculista analizamos pros y contras de emparejarnos con la inteligencia artificial y, conscientes de que terminaremos con deudas y el corazón destrozado, nos alegramos por el guiño metálico que la máquina nos hace de vez en cuando.Si el amor no es imposible, es simplemente maquinal, rutinario, dominguero y finito. En busca del algoritmo de la vida, nos nutrimos de la soledad de no ser correspondidos realmente por los errores amorosos de las máquinas. PD: y como si no pudiera ser peor, Rosa Espinoza se perdió en un silencio algorítmico que nos da la seguridad de estar haciendo todo mal. |
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