Viaje al centro de la poesía – Margarita Dagorret

Cuando no haya retorno, viaja. Cuando la duda sea más grande que la curiosidad, viaja. Cuando quieras irte de este mundo sin desaparecer, viaja. Viaja ruculista, en bici o en una sonda espacial, pero no huyas. Al camino no le interesa tu movimiento. Ese parece ser el mensaje encriptado que la nómade Margarita Dagorret- Premio Nobel Alternativo esta semana- nos deja y quien estoicamente soporta nuestro cuestionario sobre sus muchas vidas y viajes por el mundo. Rosa Espinoza, siempre en rebeldía, nos obliga a viajar por la ruta más inaccesible pasando por el centro de la tierra hasta llegar a su antípoda al otro lado del mundo. Como si no bastara con nuestra propia existencia las antípodas proponen que pulula por ahí ‘otro yo’ al lado opuesto de la esfera. En Poesíasinvergüenza recibimos un poema desde el extremo sur de la tierra, Alejandro Ogando nos manda versos iluminados desde Ushuaia. En la bitácora ruculista nos declaramos errantes más que viajeros y nómadas sin destino más que turistas, al alero de exploradores como el Inca Túpac Yupanqui o las naves espaciales. Siempre que se retorna del atajo hacia la nada se vuelve con una historia. Ir a comprar el pan, puede ser el mayor viaje de tu vida, Ruculista, si sabes errar.

Poesíasinvergüenza 

Labor

Sólo llegan susurros.

El lenguaje de otras tierras,

las pinturas de otro bosque,

la melodía de otro lar.

La naturaleza crea ocasos,

lluvias y vientos.

El arte intenta hurtar algo

para darle sentido.

En sus cantos los pájaros

entregan liras

que oyen al soñar.

El poeta talla con sus palabras;

protector del lenguaje en todos los tiempos.

Alejandro Ogando, Ushuaia

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