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Sergio Muñoz
Valparaíso, 1968
Poeta. Licenciado en Ciencias y Artes Musicales y Profesor de Música por la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso. Diplomado en Gestión Estratégica en Turismo y
Cultura por la Universidad de Valparaíso. Ha recibido las becas de la Fundación Pablo
Neruda y del Consejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura. Fue uno de los
creadores del Taller de Poesía de La Sebastiana, donde trabaja como coordinador de
actividades culturales. Es profesor de Artes Literarias y Escénicas en la carrera Gestión en
Turismo y Cultura de la Universidad de Valparaíso. Es uno de los organizadores de “A
Cielo Abierto / Festival Internacional de Poesía de Valparaíso”. El año 2019 obtuvo el
primer lugar en el Concurso Aristóteles España, otorgado por la I. Municipalidad de Castro,
Chiloé. Ha publicado los libros “Lengua Muerta” (Ed. La Trastienda, Santiago de Chile,
1998); “27 POEMAS – Lengua en blues” (Valparaíso, 2002); “Lengua ósea” (Edición del
Gobierno Regional de Valparaíso, 2003); “Lenguas de humo transparente” (Ed. Altazor,
Viña del Mar, 2016); “Lengua que jadea y gime” (Libros del Pez Espiral, Santiago de
Chile, 2018) y “Eco & Narciso / Lengua acéfala” (Ediciones Inubicalistas, Valparaíso,
2022).
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Posdata
aconsejaría malgastar el olvido
es decir soplar sobre las caras de los otros
como si fueran las velas intactas de algún festejo
porque además se es feliz soplando así
yendo a buscar algo de comida para la noche
que es tan larga en sí misma
y nos duele por ser tan honda y negra como es
aconsejaría correr por los peldaños de uno
caer por ellos cada noche
mirar los perfiles del mundo
tocarnos hasta perdernos
como si fuéramos la sombra de algo
más intenso y pleno que nosotros
basta decir que el cielo
no nos tuvo entre sus elegidos
y esto es digno de los condenados
crepuscule with nellie
a scott weintraub
toda la nostalgia desorientó mi gesto
estar aquí es estar en todas partes y si no es el fin
es al menos el retorno al río o a algo que se le parece
un torrente perdido inmaterial
que estuvo siempre y no vi antes
que revoloteaba
sacudiéndose de todo lo que no era importante
y no lo vi o no lo quise ver
no al menos con estos ojos mínimos
y sin embargo ya puedo ver tu cara en el aire
en el sueño imaginar al menos el canto de tus ojos
en su color de almendro sugiriendo lluvia
ya huelo en ellos una bandada de pájaros estáticos
volando libres por ti y si este espiral persiste
y si la vida es esta respiración que descubro contigo
es porque el espiral son tus párpados benditos cuando amanecen
es porque la vida viene de tu silencio que cada día me habla más
es porque el conjuro del tacto de aquello desconocido que nos roza
me sugiere un labio sin necesidad de decir nada
y el torrente y el agua me mecen
cuando toda la nostalgia desorienta mi gesto
algo que puede leerse como una poética
ni más ni menos que palabras
un ramo de palabras frescas para la caída del sol
percutidas sobre la represión de cierta oscuridad
que todos cargamos sobre nuestras supuestas cicatrices
crepúsculos con nellie
y sus dedos largos tiesos
tan extraños como esta música que envuelve y arrulla
como el cielo como tus pechos
como una tibieza cualquiera que no es cualquier tibieza
la evidencia de un calor que deja huella y significa
toda la seducción que se deduce de lo que allí habla como signo
como epicentro de algo que nos mueve
claro ella emociona
y uno puede verla en el gesto del agua
en la imagen de esa piedra labrada por los años
que se alisa y se viste de suavidad
sólo para nosotros thelonious
al menos una vez en la vida
o en el día qué importa
si lo visible sólo queda encerrado en el recuerdo
te acuerdas?
del hombre que tenía una rara obsesión?
del hombre que guardaba pedazos de mar?
que coleccionaba mares?
tenía la obsesión de aprisionar un mar
en frascos de vidrio etiquetados:
mar jónico mar báltico mar negro
mar del japón mar de los sargazos
mar egeo océano índico
mar muerto mar caspio
mar del coral mar rojo
mar de valparaíso
mar céltico o cantábrico
te acuerdas que scott nos contó la historia
de ese hombre y del hijo de ese hombre
que ayudando a su padre en su obsesión
equivocó la botella en un tren al sur de francia
y se tomó el mar mediterráneo que llevaba a casa
y escupió sobre su novia los restos de un mar encerrado
que prefería secarse en el piso de un tren
que amanecer etiquetado en una botella y un número
adentro de una sala de amplia chimenea
en una casa de connecticut o minnesota
o carolina del norte o new jersey?
toda la nostalgia desorientó mi gesto
y si no emerjo esto es todo lo que hay
no hay más en la tibia máscara que es el recuerdo
cuando punza como esta telaraña que punza
en un día que no es noche o en la noche que aún no es día
y si no emerjo es porque aún no sé nadar
es porque una espina se amoldó a mi cuerpo
con raíz y sacrificio con mancha oscura
en el tramo inicial de los días
y nunca quise ese estado de placenta en mí
lo que el agua hacía en la roca a mí me corroía
el margen la sombra
la marca de absurda identidad
crepúsculos con nellie cómo ir más allá de estos signos dispersos
en la gracia del camino y del sueño que creemos soñar en el otro
cuando en verdad apenas somos soñados por alguien
por otro en otro tiempo quizás
por la transparencia o la sombra
por la máscara o el ropaje
escondido en otras caras y cuerpos
recordados por un rostro que no es el nuestro
recobrados en el ropaje y el olor
de otro mar escurridizo que horada el horizonte
el río
a rolando rojas
yo te llamo en silencio yo me dejo nombrar por tus manos
desplegadas contra la muerte y contra el viento
contra el mar que huye en la maraña del cielo adheridas
a la contemplación de esta marea difusa que soy
reflejo y sombra al trasluz
de otra forma vaga y sucia como mi piel
te llamo y te escucho contra el sonido del río
y lo que escucho es otra voz que se aparece en la noche
la máscara inexacta e imposible que los otros extreman la faz
irremediable de aquellos que no te conocen ni te nombran
yo te llamo en silencio pero sé
que tu ritual se extenderá más allá de mis sueños
sé que tu errancia permanecerá en el límite de lo que sé
y aunque tus lágrimas me quiebran me rasgan tembloroso
yo me excito sabiendo que entre tú y yo no hay ya palabras sino tiempo
sabiendo que un simple gesto en desuso parece incertidumbre
sabiendo que la noche se interpone tan extensa entre tú y yo
y esas palabras simples pero claras
retornan a ese roce tembloroso del que tal vez nunca salieron
regresan a ese nudo innumerable donde el placer transfiguró nuestras alas
y nos hizo hijos de otra noche que clama intensamente por la ausencia
yo no sé todo está igual por acá
el río que llevamos y el río que nos lleva
el tenso material de un gemido que baja de tus manos a las mías
y que vuelve convertido en un nuevo abandono uno que marca
la figura inexacta de las sombras que recuerdo en mi pecho
cabalgando el origen de tus labios regando en toda su extensión
la extrema pequeñez de un cielo que nos huye
pero esto no es sólo entre tú y yo
entre el recuerdo de un torrente y el rasguño inclemente de unos ojos
esto no es sólo la construcción retórica de un amor fugaz como todos
de un amor que carga en la imprecisión de sus formas
con el tibio replicar del tacto esa materia imperfecta que duele y sangra
como duele y sangra casi todo lo que se hace perdurable
yo sé ese océano disperso de preguntas y respuestas
que se estrellan en ambos lados del tiempo
y vuelven a desnudar lo que alguna vez desnudamos
en la tibieza alerta como un tajo en el sueño
como un río de sombra especular y convexo
que aún nos ilumina y no nos deja oír el silencio
de estas sucias esquinas de un día que no es
que baja y cae con la incertidumbre del sol
.