Timo Berger
Stuttgart 1974
Vive y trabaja en Berlín como poeta, periodista, productor cultural y traductor. Es autor de varios poemarios y cuentos. Escribe en alemán y castellano. Berger es cofundador del Festival Latinale (Berlín) dedicado a la poesía actual latinoamericana. Fue también cofundador del Festival de Poesía Salida al Mar (Argentina, 2004-2007), y coordinó los eventos poéticos alemanes en la FIL de Guadalajara en 2011. Ha brindado talleres literarios en Nicaragua, Guatemala, Perú, Argentina, Costa Rica, Alemania y Chile. Tradujo, entre otros, a Fabián Casas, Sergio Raimondi, Pola Oloixarac, Edgardo Cozarinsky, Manuel Rivas, Raúl Zurita, Silvio Rodríguez, Julián Herbert, Criolo, Luis Chaves, Nicolas Behr, Martín Gambarotta, Mayra Santos-Febres y Laura Erber.
La revolución no será tuiteada
Si fuera posible manipular con los dedos
esta ciudad invernal, correr los velos de niebla
borrar el cielo opaco para acercarnos un paseo
de adoquines bordeado de colores saturados en otra ciudad
tropical. Y aunque no parezca difícil abrir una de sus puertas
correr la rendija pasando el umbral y meterse
en una sala con sillas de mimbre, no sé
si me atrevería tocar el portón de hierro fundido
tan segura de si misma, esta iguana
cruza el zaguán, guerrero reptil
de una vanguardia lenta que algún vecino
más cerca del lago pondrá a la parrilla pronto
y mientras sube en volutas el humo
las imágenes de la Calzada se difuminan
y me reconozco en el falso espejo de una pantalla
apático tipeándo un mensaje a un lejano amigo
rige un radio de quinze kilómetros
alrededor de Berlín del que ya no se puede salir
hasta ayer impensable en una ciudad dividida
entre dos sistemas, con una parte cercada por el Muro.
En el nuevo confinamiento emergen bici-sendas
en un cruce donde no hace mucho un camión atropelló una
ciclista.
Pero las medidas oficiales no siempre son de aclamar.
Imponen aplicaciones, transpondedores…
Digitalizar la entrada a la oficina, la universidad, el transporte
público
controlar los movimientos en defensa de la higiene
Ya no resulta descabellado conectar todo con todo?
Qué posteaste en Twitter? Estuviste cuestionando las restricciones?
Nos quedamos en casa, en ese departamento modesto
cuyo precio de alquiler sigue una hipotética curva
Sería herético preguntar si es el mero transcurso del tiempo
o el efecto de la implementación de políticas?
Qué sabe un poeta cuando su único afán es jugar con las palabras
explorar las zonas desconocidas de su lengua?
Pero cuando ponen toque de queda. La contingencia ya no existe.
Encontrar algo idóneo, sin plan ni propósito.
Apreciar, por ejemplo, la coincidencia de una tenue luz
con una pareja que sale no respetando ningún protocolo.
Qué más puede ser la poesía que un diálogo entre desconocidos?
Entre muertos y vivos. O una de esas aventuras
de pasar en bicicleta por dentro de una escultura
de dos placas de acero artificialmente corroídas
cámaras de eco que multiplican tu voz …
Cumplimos con que nos piden perdidos en salas de estar
con mascotas, tálismanes, fetiches…
con cuadros erráticos al fondo
seamos una linda silueta en el recuerdo, una línea filosa
recortando la ventana por la que entra la contraluz.
Original en español
por el autor