En vista de los últimos sucesos rastreables desde la República de Platón – o quién sabe si desde antes- y, sabiendo que l@s vates nunca han sido famos@s por exaltar la virtud sino más bien cada uno de sus vicios, hemos decidido crear Ruculandia, un país que existe en un poema que no deja de hundirse. Y así , perniciosos como nadie nos inspiramos en los dichos de nuestra invitada de esta semana, la barranquillera Fadir Delgado quien nos dice que los territorios configuran los estilos literarios de quién osa dedicarse al errático oficio de la escritura. Casi como una condena, l@s poetas nunca terminan de dejar el país de donde han sido expulsados o han deseado irse. Fadir nos dice que cada poema transmite subterráneamente el sonido de un territorio del que es muy difícil desligarse. En vista de los bemoles aquilatados de una vida tan paria como urgente, en Ruculandia aceptamos a Eloy Márquez de Argentina que nos dispara un poema a la sien del que salimos mal parados, pero vivos. El Dato Rosa nos cobija de la lluvia y la tempestad con el manifiesto de l@s Escritores Abandonados provenientes, como no podría ser de otra forma, de los obvios pueblos abandonados de la provincia. La errante Rosa Espinoza reacciona junto con ellos a las políticas centralistas y nos trata de convencer con mucha saña de que la colectivización emancipa su propia poesía. Desterritorializados y reemanciopados en la Bitácora ruculista nos repartimos ministerios como monos con gillette que no se preocupan en generar riqueza ni equidad sino estética dura y achorada. A dónde nos llevará nuestra egolatría originaria. A dónde nuestro placer. No lo sabemos, pero, por si acaso, también creamos un ejército dirigido desde las salpicaduras de la sangre de Arquíloco y los mercenarios de Bután o Uruguay y, por si fuera poco, desde una epopeya eviterna que conoce el principio, pero nunca el fin. |
Poesíasinvergüenza
De En alabanza
Por más que nos orillen
a los peligros,
no deriva esta barca.
Los impactos de las fuerzas
tristes, sus
torpezas,
nada ni algo hacen a estos centros de
emanación…, centros de génesis
por donde se enhebran fisuras
desde las cuales ordenan
fugas.
Pasiones
al son de las cuales
dables las vidas
que imprimen,
en comunión solitaria,
torsiones de
libertad.
Eloy Marquez – Argentina