Poetómetro final. Capítulo long edition – Antonio Gamoneda

Señoras y señores, autoridades presentes, poetas desconocidos, público en general: ¡este es el fin de la tercera temporada de los Poetas Ruculistas! Dado ese nivel de alivio, hemos movido hilos por acá, engranajes por allá, para tener la entrevista del premiado, eviterno y sublime poeta español Antonio Gamoneda, quizá el mayor poeta vivo en lengua castellana. El galardonado poeta leonés, de nada despreciables 93 años, nos ha dicho que la palabra es un misterio que no cree en misterios. Y, así susurrando, afirma que es necesario su vaciamiento para que sirva para algo. Según él, puede ser que el despliegue de la poesía en lengua castellana no esté en España sino en Latinoamérica. Consejero sabio, santo patrono de los ruculistas, nos dice que la poesía tiene que servir para conocer y perdonar. Rosa Espinoza esta vez no nos da un dato, sino una opinión cuestionable: el que explica, se complica. En Poesíasinvergüenza, el sociólogo en ciernes, Sebastián Sagredo, ha decidido gritar su poema para ser oído. Para finalizar la temporada, hemos incluido una Bitácora Ruculista de larga duración. En ella, afinamos uno de los aportes del ruculismo a las letras, el poetómetro. Este invento define certeramente quién entra en el Edén de los poetas y quién se queda fuera en el rechinar de dientes. Un punto delicado es que ha quedado grabada una furtiva revelación de corrupción al interior de los ruculistas. Lo único que nos faltaba: caer en cana por distracción de fondos. ¡Que la poesía les mejore la vida, o por lo menos, no se las arruine!
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Poesíasinvergüenza

Ojalá gritar 

He gritado hacia adentro 

Tantas 
Pero tantas veces 
Que el interior quedó destrozado  

Y el tiempo 

Nunca alcanza para reconstruir 
 

Antes de que la primera pieza sea puesta 

Otra nueva cacofonía ya la arruina 

Solo queda gritar hacia el cielo 

Pero un miedo sobrecogedor  

Cercenador del alma 

Que incluso apaga el alba 

Asusta incluso a la voz, que solo grita con coraje hacia adentro 

Porque el miedo no viene 

De alguna represalia del cielo 

De un castigo 

De un martirio 

La naturaleza de aquel miedo 

Es no ser respondido 

Sebastián Sagredo – Chile  

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