El sistema de cómputo universal ha premiado a Christian Anwandter con el Nobel (en lenguaje binario) por su creación Dron, un poemario escrito con alma humana y algoritmos en una danza lógica de software poético. En Poesíasinvergüenza, Natalia Gómez se resiste a los códigos computacionales hablándonos de suspiros. Y en la Bitácora Ruculista nos inspiramos en la música electrónica de la legendaria Wendy Carlos para rendirnos a la estética emergente de poemas creados por máquinas, bots y androides.
Poesíasinvergüenza:
Canta canta hombre pájaro
Que sin ti me espanto
El viento en la cornisa
La voz vehemente
Y él arrolló venidero
Nos recuerdan de tu risa
Risa de siglos
Siglos sin ti,
Mi hombre pájaro
Otros tomarán tus alas
Tu caricia suave
Y tu sonrisa
Perdurarán
Perdurarán entre voces de espanto
Alaridos desesperados
Plumas arrancadas
Pero este canto
No lo mata ni el llanto
Canta canta mi hombre pájaro
Que en tu manto
Ya no quedan santos
Ni voces voraces
Ni ojos arrancados
Ya solo queda
Mi hombre pájaro;
Tu voz desnuda
Que canta al alba sin amanecer
Canta canta mi hombre pájaro
Que por tu canto camino
En medio de desiertos sin flores
Y cuartos vacíos
Vacíos de fotografías sin tu canto
Canta canta mi hombre pájaro
Que en el último suspiro
un zorzal se unirá a tu canto
Y así vamos, espantado al espanto
Cantando cómo a ti te gusta
A dos voces, tres voces
Pero cuando las luces se apaguen
Y la ciudad inmensa se agasaje
Del último riachuelo
De la casa dormida
Y de tu cerró de pájaros
Seguiré cantando
Cantaremos hasta que los días duerman y las noches despierten
Cantaremos hasta que los riachuelos se extingan y la casa arda
Cantaremos y tu último silencio
No será en vano
Benjamín Lustig – Chile