
Lan Lan
Yantai 1967
Poeta y ensayista china. Ha publicado los poemarios Sonriendo toda la vida, Canto de amor, Vida interna, Durmiendo, soñando, Desde aquí, hasta aquí. Cuenta con publicaciones bilingües como los poemarios chino-español El trabajo del poeta (Chile, 2021), chino-inglés Un desfiladero dentro del cuerpo y Clavo, chino-ruso Copa de voces cantando. Lan Lan se ha hecho acreedora de diversos galardones literarios y en 2014 fue designada como Ciudadana de Honor de la ciudad de Quíos, el lugar de nacimiento de Homero.
En la eternidad hay…
En la eternidad hay unas cuantas lluvias. Oleadas de tenue brisa;
en la eternidad hay un sufrir desamparado que vaga en la lejanía
con la mirada abstraída
mientras el sol se hunde en el ocaso;
hay flores de manzano que flotan en el aire y caen en las tumbas
de los muertos;
hay cantos, hay desolado resplandor de incontables hogares
iluminados;
hay dos espigas de trigo, una nube
los plantaré en tu cielo azur.
Girasol silvestre
Llegado el otoño, caerán los cráneos
de los silvestres girasoles.
La gente que había pasado al lado de ella tal vez de súbito
regresará. El cielo ya palidece acercándose al ocaso;
siguiendo al sol poniente, el rostro de ella se convierte
en un dorado nubarrón de polvo,
fundiéndose con el verano entero, tan vasto e ilimitado.
¿Atravesar a quién? ¿Cortar camino por el horizonte de trigo
sarraceno en flor?
Para llorar las cosas de antaño encubiertas, yo
¿a quién sustituí muriendo una vez más?
Falsos girasoles silvestres. Falsos
cantos.
Espinas venenosas del viento otoñal que perforan mi pecho
con dolor.
Gobi. Canto en la noche
En tu canto hay un anhelado sueño que estoy predestinada
a perder, como un beso que hace a los labios sellarse,
el sollozo de los tiempos de antaño
resuena triste en tu paso lento
Seguramente hay una soledad más grande, y por eso existe el cielo
estrellado.
Qué mirada más distante, cuando pronunciaste «triste»
esa palabra, una llamita débil
resplandeció en el rocío.
Desde el abismo donde nacen sus rayos, la aurora teje la oscuridad
de mis años, hasta convertirse en un campo abierto abarrotado
de versos; burros y gallos despiertan,
erigen un nuevo amanecer para alguien.
Seguramente hay un amor más doloroso, y por eso
crecen plantas en el árido desierto.
El viento salta por las cordilleras, soplando se lleva mis ojos,
la tierra que ha galopado todo un día le impone
la calma. ¡Oh!, en la negra noche de repente se alza un canto.
Tú eres casi la razón de un accidente de tráfico. En todos mis días
fallecidos
tú eres casi una advertencia de dicha.
Traducción al español
por Radina Dimitrova