
Coral Bracho
Ciudad de México 1951
Poeta. Estudió Lengua y Literatura Hispánicas. Poemas suyos han aparecido en revistas y suplementos culturales de México, como Fractal, La Jornada Semanal, Letras Libres, Periódico de Poesía, Vuelta, entre otros, así como en revistas y antologías publicadas en España, Francia, Italia, Finlandia, Canadá, Estados Unidos, Brasil y otros países de Latinoamérica. Becaria de la Fundación Guggenheim. Miembro del SNCA. Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes 1981 por El ser que va a morir. Premio Xavier Villaurrutia 2003 por Ese espacio, ese jardín. Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe 2011. Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval 2016. Su poemario El ser que va a morir se incluye en la compilación Premio de Poesía Aguascalientes 30 años, 1978-1987 (Joaquín Mortiz/Gob. del Edo. de Aguascalientes/INBA, 1997).
Imagen al amanecer
El agua del aspersor cubría la escena
como una niebla,
como una flama blanquísima, dueña
de sí misma, de su brotar cambiante, de su pulso
ritual
y cadencioso.
Un poco más allá y más allá hasta
tocar las rocas. Lienzos de sol
entre la cauda humeante; lluvia de cuarzo; interno
oleaje
silencioso. Un mismo
denso
movimiento lo centra; lo ahonda
en su asombrado corazón. Profundo, colmado
vórtice.
Renace, tenue, su palpitar. Marmóreo y lento
borbollón luminoso.
Un poco más allá, más allá, su tacto límpido
se estremece. Son remanso
las rocas
a su enjambre estelar, a su incesante,
encendida nieve. Por un momento se cubre
con su seda el jardín. Suavemente
los troncos ceden
y van tendiéndose sobre el pasto;
largas sendas oscuras bajo el tamiz
que inunda el amanecer. Cuando su lluvia
se ha expandido hacia el este
pesan menos las sombras
y los troncos se adensan y se levantan.
Vuelve entonces el arco
a resplandecer. Una llama reciente nubla la escena,
un olor de magnolias
y rocas húmedas.
Una avispa sobre el agua
La superficie del agua es tensa
para una avispa,
es un sendero múltiple fluyendo siempre
como el tacto del tiempo
sobre la hondura quieta
de un corto espacio.
Corto es el tiempo
en que flota; corta
la distancia en que gira
por incesantes laberintos,
remolinos inciertos, llamas,
y transparencia
inextricable.
Mariposa
Como una moneda girando
bajo el hilo de sol
cruza la mariposa encendida
ante la flor de albahaca
La brisa
La brisa toca con sus yemas
el suave envés de las hojas. Brillan
y giran levemente.
Las sobresalta y alza
con un suspiro, con otro. Las pone alerta.
Como los dedos sensitivos de un ciego
hurgan entre el viento las hojas;
buscan y descifran sus bordes,
sus relieves de oleaje, su espesor.
Cimbran
sus fluidas teclas silenciosas.