La poeta argentina Ana Guillot recibe esta semana el Premio Nobel Alternativo y nos introduce en el misterio de los finales felices de los cuentos clásicos pero sobretodo de la vida. Tod@s somos cenicienta, tod@s somos el lobo. En Poesía Sinvergüenza, desde Maipú, Alain Vilanueva nos magulla con el duro final de sus memorias. La Bitácora Ruculista pone sobre la mesa la pregunta de si prefieres ser un/a poeta feliz pero mal@ o triste pero buen@.
Poesíasinvergüenza
Mis memorias
Cuatro veces he pensado en ese día
partiéndome la cabeza contra la vereda
caminando y cruzando calles
tenía 15 años en esas manos
¿Tendré 15 años más mañana?
Me gustaría decirte que estoy en un bar
pero yo no tomo
Sufro en mi hábitat
así debe ser
y así será hasta que lloren por mí con esas
antorchas plásticas en cada esquina del cajón
Velándome quizás donde
En cualquier lugar
menos en mi habitación
Me gustaría decirte que estoy en ella
pero no
estoy en el hospital
muriendo por escribir mal
Cuatro veces he pensado en ese día
en el que decidí partirme la cabeza contra la vereda
Alain Villanueva – Chile