Chloé Delaume
Francia, 1973
Chloé Delaume lleva más de dos décadas escribiendo en muchas formas y medios. Ha escrito casi una treintena de libros como muchas experiencias. Novelas, fragmentos poéticos, teatro; ensayos, autoficción. Ganadora del Prix Décembre 2001 por Le Cri du Sablier, fue residente en la Villa Médicis 2011-2012. Su último libro, Le cœur synthétique, fue publicado por Le Seuil, en la colección Fiction & cie, y obtuvo el Premio Médicis 2020. Colabora regularmente con artistas: videoartistas, diseñadores y músicos. Actuaciones, piezas sonoras, intervenciones, objetos. En 2020 publicó un álbum, Les fabuleuses mésaventures d’une héroïne contemporaine, con Dokidoki.
Como escritora, está representada por la agencia Aimant (François Tessier).
Portafolio de trabajo: http://chloedelaume.net/
El poder del violeta (inédito)
Los muros de la ciudad gritan y cada letra es una llama
Ellas cruzan el incendio, su sonrisa de napalm
Convierte a los ogros en un ramo de boj
Guardan algunos que atraparon con lazo
Para dar el ejemplo, los echan a la parrilla
Preparan un festín de depredadores asados
Erguidas y dignas, avanzan
En su garganta crepitan palabras llenas de verdades
Las calles y caminos acogen lo que se vuelve una multitud
Son niñas, son mujeres, jóvenes, menos jóvenes o muy viejas
Son libres y exigen que llegue el gran despertar
Les da lo mismo que sus risas generen reproches
Conocen cada corte de los engranajes ancestrales
Saben que sus antepasadas pagaron el precio
La lengua trozada en pedacitos
Lomo y sueños rotos, entregadas a los padres e hijos
Abusadas, forzadas, la psiquis descuartizada
Atribuidas preñadas
Poseídas explotadas
Molidas y humilladas
Bocas cosidas con un mismo hilo
Más blanco que sus labios muertos
Por no haber podido nunca articular un Yo quiero
Cada frase existencial vivida como una tachadura
En el principio era
El Verbo
Sí pero ¿cuál?
En el principio era el verbo someter
Erguidas y dignas, avanzan
Ven que algunas a su lado hoy caen
Todavía, todavía, todavía
Bosques de moretones cargando la misma historia
En el centro del universo está la falocracia
Su sombra se desplaza, es la que indica la hora
Con el poder como diapasón, el hombre posee, ha conquistado
El mundo le pertenece como los cuerpos allí presentes
Y los perfora tanto que algunos mueren
Sin que nadie tema el castigo de la justicia
Los muros de la ciudad gritan y cada letra es una llama
Ellas cruzan el incendio con el alma inflamada
Preparan el mañana en que todas serán liberadas
La noche no existe ni para ellas ni sus hermanas
Aunque su frente está encastrada con mil dolores
De su estatus de víctima se despojan aquí
Sus lágrimas no son más que un recuerdo que brilla
Su carcasa de mártir lentamente se agrieta
Su corazón de amatista se anima en la plaza
Ellas lo saben: la resiliencia es un cuento para niños
El kit de post supervivencia solo un disfraz
A pesar de eso, devoran las zarzas y ortigas
Son heroínas y son miles
A la vergüenza la matan a manos limpias sin pestañear
En su piel se dibuja el alba de una mitología
Son hijas de Lilit
Primera mujer antes que Eva
Son hijas de Lilit
Primera mujer en decir que no
En el centro del universo el tótem se fractura
De tanto estirar la cuerda su sombra se descosió
El mundo va a cambiar de hora
Ya los vidrios se rompen al son del carillón
Son hijas de Lilit, por eso se yerguen
Convierten en estatuas de sal a quien las agrede
La lluvia las disolverá, su nombre será ahogado
Los muros de la ciudad gritan, los edificios se incendian
Ellas bailan alegres, por montones, artesanas de la hoguera
¿Oyen su canto? Es la cuarta ola
La voz de ustedes se suma a ese coro ardiente
Todas somos el incendio, en vano dan la alarma
Sobre las cenizas de los ogros construimos nuestros nidos
La noche no existe para quien mató a sus temores
La noche no existe, solo hay cazadores
Seamos el día furioso que derrite sus fusiles
Traducción del francés: Pablo Fante