La poesía es una sinopsis neuromuscular que busca alzar un estadio de equilibro de toda la energía. La energía del poema no surge de ningún lado, se transforma nutriéndose de hierbas medicinales, letras inconexas, pesares y luces de otros poemas, de la vida dura de cada uno de esos versos. Estas convicciones han sido deducidas gracias a la clase magistral de la científica Verónica Eisner en nuestra sección Premio Nobel de Ciencias Poéticas Alternativas (PMCPA) que inauguramos en este capítulo. No se la pierda, descubrirá cómo funciona sus mitocondrias, asunto clave para la apreciación poética desde el músculo cardiaco y el fórnix. La científica chilena prevee que por el cambio climático habrá una disminución demográfica drástica los próximos años, principal y felizmente l@s primeros que perecerán serán l@s poetas y las últimas, las ratas. En Poesíasinvergüenza, Daniel Bolbarán, con extraordinario manejo técnico, nos abre a una cosmogonía del amor. Rosa Espinoza refulge desde la neuroestética afirmando que las neuronas se activan más cuando todo termina. En la Bitácora Ruculista nos ponemos bajo el fórnix: la región del cerebro donde se forma la memoria y el arco donde se paraban las prostitutas en la antigua Roma, pero acaso también donde se cuece cada poema. Saque sus propias conclusiones. |
Poesíasinvergüenza
Algo existía entonces indecible
en el antiguo éter desalmado,
un sonido sin forma desterrado
en el bestial silencio más temible.
Del aire al aire un soplo incombustible,
brocal de luz magnético callado,
condensa mustio en mí su mar pesado
Y nada se decir ¡tan inservible!
Pero tú, que tras siglos celulares
apareces y todo se abrillanta,
crisol sentimental de mis pensares.
Alada y misteriosa me quebranta
y anclo tu nombre aquí, sobre los mares
para que llene este vacío… y canta!
Diego Bolbarán Acevedo – Chile